¿Qué hay para merendar?

septiembre 22, 2017
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Parece ser que los bocadillos por la tarde en el parque no son una merienda equilibrada, o eso se desprende de un estudio de la Universidad de Zaragoza  en el que se recomienda que los niños españoles deberían incrementar el número de productos que consumen en cada merienda y su frecuencia a fin de complementar su nutrición e incluir opciones saludables.

Esta describe los hábitos de consumo de la merienda entre los niños españoles y ha contado con la participación de 2.851 niños de entre 3 y 12 años.

El estudio pone de manifiesto que las meriendas de los niños españoles son de baja calidad nutricional. El 44% de las meriendas que se realizan solo contiene un alimento, mientras que el 46,5% contiene dos, siendo prácticamente inexistentes las meriendas que combinan los tres tipos de alimentos recomendados. El bocadillo es la merienda más popular entre los niños españoles (49,5% en los más pequeños y 59,7% en los mayores), mientras que al 34% de los niños admite consumir bollería al menos una vez por semana.

Las combinaciones más comunes son la leche (con o sin cacao) con galletas y el bocadillo con zumo y únicamente el 7,3% de las meriendas se componen de yogur, fruta y cereales.

 Fruta, yogur y cereales

Según Cristina Julián, investigadora post-doctoral del equipo de investigación del catedrático en Metodología de Investigación de esta Universidad,  Luis Moreno,“teniendo en cuenta que la merienda debería aportar un 10% de la ingesta energética diaria, consumir tan solo un alimento es insuficiente. Añadir fruta, yogur y cereales en las meriendas ayuda a alcanzar un aporte energético más adecuado, a la vez que mejora la ingesta de nutrientes fundamentales como el calcio o las vitaminas.”

En este sentido, el estudio confirma solo el 16.5% de los niños de entre 3 a 6 años merienda cada día. Según las recomendaciones de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), la merienda supone una comida importante y debería representar el 10% de la ingesta energética diaria de un niño. Por ese motivo, Luis Moreno argumenta que “es importante que los niños merienden diariamente para satisfacer sus necesidades energéticas. Además, para obtener meriendas de óptima calidad nutricional se deberían combinar tres tipos de alimentos: lácteos, frutas naturales y cereales. Las combinaciones de alimentos resultan una ayuda para alcanzar el aporte energético adecuado (el 10% del total diario en el caso de la merienda) y para mejorar la ingesta de nutrientes como vitaminas o calcio”.

Buenos patrones alimentarios
Otra de las conclusiones que se desprende del estudio es que la calidad y la frecuencia de la merienda disminuyen con la edad. Los niños más pequeños (3 a 6 años) meriendan en un 84,4%frente al 78,3% de los niños de 7 a 12 años.

En este sentido, la doctora Julián apunta que: “Es clave establecer buenos patrones alimentarios desde pequeños para que los niños interioricen los hábitos. La merienda debe ser promocionada a fin de evitar hábitos inadecuados como comer entre horas en edades mayores, así como ayudar a los niños a escoger opciones saludables. Los buenos hábitos a la hora de la merienda pueden actuar como facilitadores para compensar y ajustar la energía y nutrientes necesarios sobre todo en los niños, y establecer así un hábito saludable como es merendar. Teniendo en cuenta la elevada prevalencia del sobrepeso y la obesidad en España, este es un aspecto de notable importancia”.

De acuerdo con los datos del Estudio ALADINO 2015, en España el 41,3% de los niños de 6 a 9 años presentan sobrepeso u obesidad.
 
El doctor Moreno da a los padres las siguientes recomendaciones:

Variar el contenido de las meriendas, no sólo para que sean más nutritivos para los niños, sino más apetecibles. Darles variedad de sabores, colores y texturas hará que no se aburran de comer siempre lo mismo.

La combinación de alimentos en la merienda resulta imprescindible. Por ese motivo combinaciones como una fruta y un yogur puede ser una buena opción nutricionalmente completa y fácil de transportar y comer, dos elementos esenciales en una merienda para niños.

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