O más cuando comencé este blog personal, enfrentándome a una página en blanco, con mi particular visión de la maternidad. Hace mucho que no escribo, como todos he tenido que relegar ciertas cosas para sobrevivir, nunca mejor dicho.
Hace dos años dejé una larga lista de proyectos que espero pronto recuperar. Pero no han sido un tiempo vacío, todo lo contrario. Ha sido un periodo convulso y lleno de buenos y malos momentos. Vamos a por los buenos, que los malos es mejor dejarlos en el tintero porque no aportan más que restan.
El Niño del Calcetín Perdido
Siempre con retos, y como no era suficiente enfrentarme a los tele-deberes de la pandemia, decidí escribir un libro infantil. El Niño del Calcetín Perdido, un proyecto con el que no pretendo ganarme el pan, pero si que mi hijo ame los libros como yo. El protagonista de esta historia es mi hijo, que desde pequeño siempre ha decidido que es más cómodo ir con un pie al aire, por mucho que le persiga para encontrar esa escurridiza prenda. Una experiencia enriquecedora, compartida con Eric, quien pintó los dibujos y me ayudó a seguir creciendo como persona con su particular visión de la vida.
Al contrario que mi hijo, no soy muy dada a compartir este tipo de proyectos, por miedo a que los demás piensen que no son lo suficientemente buenos. ¡Punto para Eric! Quien compartió con toda su clase su historia y regresó a casa con una sonrisa de oreja a oreja, contándome que sus compañeros le habían aplaudido, vitoreado e incluso alguno aseguró que pediría a los Reyes Magos su libro. Y que tras las vacaciones de Navidad, firmó en clase para mayor orgullo.
Así que sumé a esa larga lista de sueños pospuestos por la pandemia escribir la continuación de esta colección: «Las aventuras de Eric«.
Este blog siempre ha sido un punto de diálogo, y tu… ¿Qué has hecho durante este tiempo? ¿Qué proyectos has pospuesto por la pandemia? ¡Os escucho!
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